domingo, 27 de noviembre de 2011

Despierta


Las líneas se le empezaban a entrecruzar, así que Lopes apoyó el libro abierto sobre su pecho y se dejó envolver por el sueño. Dulce momento interrumpido por el sonido despiadado del teléfono.
¿Sí?
Lopes, ¿eres tú?
En este momento no tengo claro ni quién soy… Perdona. Sí, soy yo. ¿Y tú quién eres?
¿No me reconoces? Soy Laura.
¡Laura! Es verdad, lo siento Laurita es que me pillas medio dormido.
Pues espabila que es importante. Escucha: tienes que ir a casa de Waldo y recoger todo lo que encuentres que pueda comprometerle.
¿Comprometerle con quién?
Por favor, despierta. ¿Con quién va a ser? Con la poli.
¿Qué ha pasado? ¿Qué le ha pasado a Waldo?
No lo sé. En principio nada. Pero se ha metido en un lío, estoy segura. Hay un cura muerto. Ya te contaré, ahora es urgente que hagas lo que te he dicho.
Vale, no te preocupes. Vuelve a llamarme dentro de un par de horas.
Lopes colgó, fue al lavabo y se echó agua fría en la cara.

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