lunes, 7 de febrero de 2011

Amigo común

-¿Nos conocemos?
-Tenemos un amigo común.
-¿Waldo?
-Sí.
-¿Está vivo?
-Desde luego. Le encontré en un pueblo de la sierra el día que cayó la jodida cruz.
-¿Está bien?
-Bueno. Estaba hecho una pena. Pero es fuerte, se va recuperando. Ya nos ayuda a montar el equipo de sonido.
¿Cómo puedo verle?
De momento prefiere no dejarse ver. Teme que intenten asesinarle. Mañana nos vamos de gira por Europa. Se viene con nosotros. Te llamará si es necesario –Charlie le entrega un móvil a Lopes–, pero a este móvil, Waldo piensa que el tuyo puede estar intervenido.
¿Por qué tengo que fiarme de ti? Eres americano y no hay en el mundo asunto turbio en el que la CIA no esté metida.

No me insultes, odio a esa gente tanto como tú o más, porque los tengo más cerca. De todas formas, no te he preguntado nada, no te pido nada. Lo único que tienes que hacer es conservar ese móvil, ¿qué puedes perder?

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