domingo, 30 de enero de 2011

Loca


Estás loca, mujer. A quién se le ocurre pensar eso del cura nuevo. Desde que los niños murieron no tienes la cabeza en su sitio. ¿No ves que gracias a él podemos sacar adelante a nuestros otros hijos? Puedo sembrar todo lo que quiera en el huerto de la iglesia sin tener que darle siquiera una patata. ¿Sabes qué me dijo ayer? Que le pida todo el grano que necesite al sacristán: este invierno no nos faltará el pan. Como se te ocurra hablarlo con alguien yo sí que te mataré de una paliza, que parece que tienes el demonio dentro.
La mujer se fue a la alcoba y lloró en silencio.

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