–Ramiro, no tengas morro, échanos una mano con la pancarta.
–Un momento, Adolfo, que me estoy meando.
–Tú siempre tan oportuno. Debías ir al médico a que te miren la próstata. Eres un picha floja.
Ramiro entró en el váter, pero no meó, volvió a salir inmediatamente.
–Tíos, alguien se ha dejado ahí dentro una cosa muy rara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario