sábado, 11 de diciembre de 2010

La luz


Francisco sorbió sus mocos para coger fuerza y enfrentarse a su prima.
Yo la luz sí la vi –dijo–. Y como fuego debajo. Pero Virgen no había, siempre te inventas cosas.
Lucía se plantó en jarras delante del niño, amenazante, cortándole el camino.
Eres un pequeñajo estúpido –le gritó–. Dentro de la luz estaba la Virgen. Y, además, me habló: dijo que el fuego era para que viéramos como era el infierno y que allí ibas a ir tú como no reces muchos rosarios y creas en ella.
Se volvió a la niña, más pequeña, que iba con ellos, y con otro tono preguntó:
Jacinta, ¿a qué tú sí que la viste?
Pero la pequeña se encogió de hombros y echó a correr hacia la aldea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario